Lo cierto es que me fui haciendo, cuando decidí transformar mi afición a comer bien en una profesión me dediqué a buscar libros que me ayudasen. Eso es algo que bien me enseñó mi papá: saber buscar.
Como tampoco estaba forrada me decanté por dos: El práctico de Cocina de Ramón Rabaso y Técnicas Culinarias del Cordon Bleu. Me los tragué, siempre fui bastante olfachona y ésta no iba a ser la excepción.
Después de tantos años estoy convencida de que alguien desde arriba me guió, con lo que sabía en ese momento no entiendo cómo le acerté tanto en la decisión.
Pero así y todo me salieron cada burrada. La peor hasta ahora fue cuando me pidieron que cocinara algo muy especial para agasajar a una señora que iba al barco donde trabajaba. Iba a ser una cena muy íntima: el dueño del barco, su hijo adolescente y la señora en cuestión. No sé por qué se me ocurrió hacer matambre...Lo sirvo y desde lejos escucho al hijo decir: Um, parece chicle! Me encerré en la cocina y no sabía qué hacer, ni me acuerdo cómo termino pero lo que sí me acuerdo es que me dijeron de todo pero después vino la señora (francesa ella) a la cocina y me dijo que a ella le había gustado y que habían sido muy duros conmigo.
Creo que fue solo un poco de fraternidad de género pero se agradeció y mucho!
tus historias me pueden, son para un libro, quizas este sea el comienzo... no?
ResponderEliminarbeso grande y dale que sigo leyendoooooooooo!
jua un matambre!!! que corajuda. vos em habia socntadop que una vez estuvo en el barco joan manuel serrat o yo estoy loca??? otro post de famosos!!!!
ResponderEliminarMe re interesa lo que escribis. Segui que quiero más anécdotas.
ResponderEliminarBeso, Lucila